Con pancartas en mano y diversos mensajes de repudio a la actitud de la policía y el congreso peruano, un grupo de pobladores wampis se manifestó la tarde del domingo.
El hecho ocurrió en la Comunidad Nativa de Mayuriaga, ubicada en el distrito de Morona, provincia del Datem del Marañon; región Loreto.
En Lima, la capital peruana, la noche del sábado 14 de noviembre, dos jóvenes identificados como Jordán Inti Sotelo y Jack Bryan Pintado, de 24 y 22 años; respectivamente fueron muertos durante el quinto día de protestas que vive el Perú.
La policía ha repelido las protestas con gases lacrimógenos y perdigones, algunos manifestantes respondieron con piedras y fuegos artificiales.
“Los Pueblos Originarios exigimos una nueva Constitución”, “Los pueblos Amazónicos exigimos la inmediata renuncia de los 105 congresistas”, “Levantando la voz indígena”; son algunos de los mensajes escritos en cartulinas rosas que los pobladores alzan para expresar su consternación por lo ocurrido la noche del sábado en la capital peruana.
Desde el 9 de noviembre, el Perú se ha visto envuelto en una crisis política luego que el parlamento peruano declaró la “permanente incapacidad moral” del mandatario Martín Vizcarra en un juicio político.
Organizaciones como la Defensoría del Pueblo y la Coordinadora de Derechos Humanos han denunciado que al menos 18 personas continúan desaparecidas
Miles de personas han salido a las calles para demostrar su disconformidad con la asunción como presidente interino del Perú, Manuel Merino.
Horas después de las protestas, Merino renunció a su cargo, por lo que ahora los 120 congresistas peruanos debaten a estas horas, quien gobernará el Perú hasta el 28 de julio de 2021.
Diversos medios peruanos han informado que organismos de derechos humanos denunciaron ante la Fiscalía de la Nación al destituido mandatario de facto Manuel Merino, al primer ministro, Ántero Flores-Aráoz; ministro del Interior, Gastón Rodríguez; y al jefe de la Región Policial Lima, General. Jorge Luis Cayas.
Todos ellos son sindicados por la presunta comisión de los delitos de homicidio calificado, abuso de autoridad y lesiones graves.
Las protestas continúan en casi todas las ciudades peruanas, muchos de los asistentes visten de negro en solidaridad con las familias de los jóvenes muertos durante el accionar desmedido de la policía.