Cuando pensamos en la descolonización de los territorios americanos ocupados por España, lo hacemos basados en las hechos que dan cuenta de los procesos de emancipación surgidos a principios del siglo XIX, que hicieron posible el surgimiento de una serie de repúblicas inspiradas en la revolución francesa o la independencia de las 13 colonias americanas.
Pero ¿qué ocurrió con los pueblos originarios de esos nacientes países? ¿Pasaron por procesos descolonizadores u opresores?

Lo que se conoce actualmente como América Latina, ese territorio que empieza en México y se extiende hasta los confines de Sudamérica es hogar de unos 552 pueblos indígenas.
Hablar de cada uno de ellos y sus procesos de descolonización sería un trabajo de titanes. Así que en los siguientes minutos usted conocerá un poco sobre dos de esos pueblos y como viven ese proceso.
Los Shipibos
Uno de los hechos mas interesantes sobre la historia de esa América indígena es que algunos de sus pueblos tuvieron muy poco contacto con los españoles, esto gracias a una barrera geográfica, como lo fue la espesa amazonia, la cual les permitió de alguna manera mantener sus formas de vida sin mayores cambios.
Sin embargo, eso cambiaria cuando esas jóvenes repúblicas se lanzaron a “conquistar” mas allá de lo que ellos consideraban los limites de la “civilización”.
Por citar un ejemplo, a fines del siglo XIX, el estado peruano procedió a explotar el caucho, un bien con gran demanda en ese momento en Europa y los Estados Unidos para la producción de neumáticos.
Lo mismo ocurrió en Colombia, Bolivia y Brasil.
Julio Cusurichi, luchador por la preservación de las tradiciones del pueblo Shipibo, uno de los 64 que habita la amazonia peruana sostiene que aún son visibles las consecuencias de la colonización de su pueblo.
Para compensar la falta de mano de obra en el lado peruano; los “señores caucheros”, como se le conoció a quienes acumularon una gran fortuna, incentivaron la cacería y esclavización de numerosos indígenas amazónicos.
El también ganador del Premio Goldman 2007, nos cuenta que su pueblo fue obligado a dejar sus comunidades, ubicadas en el departamento de Ucayali; para sustraer de los arboles la resina del caucho.
“En la época del caucho, nuestros bisabuelos fueron traídos a la fuerza por los explotadores, del caucho.”
Cusurichi nos dice que su gente fue obligada a reubicarse en el departamento de Madre de Dios. “Mi pueblo es como la hoja de un cuaderno que la sacas y la guardas donde no deberia estar.”
“Muchos de los pueblos shipibos han regresado a sus lugares de origen, pero otros no, como es el caso de mis abuelos, quienes se quedaron. Allí nacieron nuestros padres y nosotros.” Asegura el líder shipibo.
Aquella migración forzada, Cusurichi considera es producto de la colonización.
Otra de las consecuencias, menciona el dirigente indigena, es la educación impartida en español, lo que en su opinión, acelera la perdida de las lenguas originarias y profundiza la discriminación.
“Cuando era niño en las escuelas enfrentaba la discriminación, nadie mencionaba que era indígena, porque el serlo era visto como el ser más atrasado. Es por eso que muchos indígenas en la escuela negábamos nuestro origen.”
Julio Cusurichi
Cusurichi considera que el gran reto de los pueblos oriundos del Perú es presionar al gobierno para que sus culturas e identidad sean realmente valorizadas.
“Estamos camino de reinvindicar nuestros derechos desde nuestros territorios, cultura, salud y economía y eso no solamente ayuda a los indigenas, tambien ayuda a tener un ambiente equilibrado para todos los habitantes de este planeta”. Nos dice Cusurichi.
La Resistencia Mapuche
Volviendo al pasado, debemos recordar la lucha de algunos pueblos indígenas a ser dominados y cristianizados por lo que en su momento fue el imperio español.
Se conoce como el Pacto de Quilín, el acuerdo alcanzado entre los mapuches y españoles.
El 6 de enero de 1641, firmaron la paz tras casi 100 años de guerra y delimitaron como frontera natural el río Biobío.
Hacia la década de 1870, la joven república argentina inicio un proceso de penetración en La Patagonia que se conoce históricamente como “La Conquista del Desierto”.
Esta tuvo por objetivo colonizar los territorios de los pueblos originarios del sur del continente y explotar los recursos de la zona para su exportación a Inglaterra.
“Cuando el estado argentino llega a nuestros territorios, encuentra un pueblo muy próspero. El pueblo mapuche era nómada, tenía abundante comida, habíamos establecido un vínculo estrecho con el pueblo aoniken, quienes son los llamados tehuelches.” Nos relata Moira Millán Weychafe, activista por los derechos del pueblo mapuche.

Millán nos comparte lo que sus antepasados le contaron de niña: “nuestra vida pre-existente al estado (argentino) era una vida de mucha libertad, no había hambre o enfermedades, había una democracia directa y participativa. En este lado de la cordillera (de Los Andes) había más pueblos originarios cohabitando el territorio con el pueblo mapuche.”
La también representante del Movimiento de Mujeres por el Buen Vivir rememora que el genocidio fue feroz y letal para su pueblo y los otros pueblos que cohabitaban la zona de la Patagonia, “muchos de ellos han desaparecido”, nos aclara.
El concepto de territorio juega un rol muy importante en el entendimiento de los pueblos indígenas, es el lugar donde tradicionalmente han obtenido sus alimentos, las plantas para curarse y se han conectado con las fuerzas de la naturaleza, la pachamama, el mapu o la madre tierra por siglos.
“Debemos descolonizar la mirada geopolítica de los estados nación. Los estados nación crean la categoría de continente, de países y nosotros (los mapuches) tenemos una percepción de la territorialidad mas cosmográfica.” Nos dice tajante, Millán.
Esa cosmografía nos explica tiene que ver con “la percepción de los ecosistemas de vida”.
“Cuando digo ecosistemas me refiero, no solamente al ecosistema tangible, a lo que se conoce como medio ambiente; naturaleza, territorios tangibles. También a todos los ecosistemas perceptibles.” Continua la defensora indígena.
Millán va más allá y nos recuerda que al hablar de pueblos indígenas, debemos recordar que se trata de naciones como tales. “somos naciones sin estado, pero somos naciones. Somos pueblos que hemos ido avanzando hacia la construcción de una base organizativa de nación.”
Moira, considera que debemos distinguir por los menos cuatro caminos que han tomado esas naciones con respecto a su futuro.
El primero dice tiene que ver con independizarse de los estados republicanos coloniales y “crear otros Estados que no van a ser muy diferentes a los coloniales pero que tendrán el componente mayoritario de los pueblos indígenas”.
“Hay quienes quieren una fusión con estos Estados republicanos coloniales y llevarlo de repúblicas coloniales a repúblicas plurinacionales.” Apunta como una segunda opción la lideresa mapuche.
Una tercera alternativa la califica de “ensayo político sin precedentes en el mundo”.
“Hay quienes están pensando en la recuperación más ancestral de sus estructuras políticas. Esto implicaría una revolución verdadera, porque tendríamos que en vez de fomentar la integración, fomentar la desintegración de esos Estados republicanos y crear una forma diferente de consenso y organización de los pueblos.”
Moira Millán
Una más conservadora, apunta a decir es la de ‘los pueblos de los hermanos indígenas que buscan introducirse dentro de la estructura del Estado, del poder colonial.”
Mientras los pueblos indígenas buscan llevar adelante una agenda que les permita recuperar sus territorios ancestrales, cultura y fortalecer su identidad, existen opiniones diversas que aseguran que España y la iglesia católica deberían disculparse por las atrocidades y genocidio que produjo su presencia en América Latina.
¿Debe disculparse la monarquía española?
El pasado 27 de septiembre, Monseñor Rogelio Cabrera, representante de la iglesia católica mexicana dio lectura a una carta del Papa Francisco en la que pide “reconocer los errores del pasado que han sido muy dolorosos.” En clara alusión a la invasión española de lo que se conoce hoy como México, tierra de unos 68 pueblos originarios.
La respuesta no tardaría en llegar, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid decía a los periodistas “me sorprende que un católico que habla español; hable así a su vez de un legado como el nuestro, que fue precisamente llevar el español y a través de las misiones, el catolicismo y por tanto la civilización y la libertad al continente americano.”
Para combatir ese pensamiento racista y ayudar a reescribir la historia de América, Survival International, una organización que trabaja con los pueblos indígenas, lanzó este año, la Campaña “Descolonizar La Historia”.
El impacto de la invasión de un continente que fue cuna de civilizaciones avanzadas como los incas y mayas fue devastador.
“Se estima que solo hacia el año 1,600, unos 56 millones de indígenas habían muerto a causa de la llegada de los españoles al continente americano” dice Survival International.
Una forma de colonialismo es la celebración del 12 de octubre que sigue vigente en algunos países americanos o el Día de la Hispanidad para los españoles.
Al respecto, Sara Mediavilla, representante de “Descolonizar la Historia” considera que esa fecha “representa la celebración del comienzo de un genocidio que se extiende hasta nuestros días.”
“Está muy arraiga esa festividad, está muy arraigada en un orgullo de ese pasado colonial, imperialista español. Hay muchísima reticencia de hablar en España sobre esto. Incluso gente que es progresista, cuando se toca el tema de descolonizar nuestro pensamiento, nuestros espacios públicos, el tener una estatua de Colón en varias ciudades españolas, que sigamos celebrando esto; es todavía un tema tabú.” Nos cuenta por el Zoom la también historiadora.
Mediavilla considera que debería existir una autocritica por parte de la sociedad española a esa fecha. “sería más interesante de enorgullecernos, de dar ese paso adelante. No hay nada que celebrar, han sido años de genocidio.” Sentencia.

Survival considera que los efectos del colonialismo no sólo se percibe en la forma de pensar de muchas personas, en los libros de historia o en los museos donde se exhiben piezas de los pueblos que fueron sometidos al poderio europeo.
El colonialismo sigue acechando y poniendo en peligro la sobrevivencia de pueblos indígenas.
Uno de ellos, es el que enfrentan los pueblos indígenas no contactados de Brasil, Perú y el Paraguay.
Por ello lleva a cabo una serie de actividades para persuadir a los gobiernos de esos países a proteger a sus poblaciones en aislamiento voluntario.
“La historia se repite, entrar en contacto con esos pueblos indígenas, podría suponer el exterminio de casi la totalidad de su población porque se exponen a enfermedades que no tienen inmunidad.” Finaliza la representante.